Una historia desafiante, con esencia propia

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Matador no tiene género, no tiene instinto; es como la audacia, que tampoco se puede etiquetar.

Tras una serie de inmersiones en la industria perfumera, finalmente en 2008 Ramón Monegal, hace honor a su tradición perfumera y abre su propio showroom en Barcelona bajo el sello de Monegal. 

 

Desde entonces hace lo que más le apasiona, crear fragancias. Responsabilidad que adquirió desde muy joven bajo la batuta de su padre. Las fragancias de autor han pasado de generación en generación, ya que Ramón es la cuarta generación dedicada al arte de crear fragancias de perfumes de autor. 

 

 

Inventor de aromas
Ramón, el perfumista, tiene una profunda relación con las esencias, que son los ingredientes que logran dar vida a un perfume. En su haber tiene 60 fragancias. Al preguntarle cuál es su fuente de inspiración, respondió: “Yo soy un perfumista naturalista, es decir, la naturaleza es mi principal fuente de inspiración, de ella provienen mis esencias naturales. En pocas palabras, tengo una relación intensa con ellas; me desafían a encontrar nuevos acompañantes para crear aromas diferentes”.

 

 

Storytelling de aromas

En sus propias palabras, arma un guión al momento de buscar y seleccionar los ingredientes. Son su fuente de inspiración para escribir las formulaciones que darán paso al gran final, un nuevo perfume. Eso sí, para lograrlo, cuenta con una paleta propia de esencias, que le dan esa firma tan suya a Monegal. El autor indicó, que probablemente el ingrediente que más lo define es el Iris de Florencia, una raíz, que tiene un vínculo con la tierra, con una faceta de madera, otra de violeta, una más especiada y notas empolvadas.

 

Sus fragancias son Unisex, porque… “El olor existe para informar, y si no existiera, no tendríamos nada. El olor no tiene género, como no tienen género el color, la música, el arte…”

 

El reto del valor

¿Quieres conocer su última creación? Se trata de Matador, que va muy en sintonía con su sello personal, ya que no es un título ni un nombre, es una actitud, es una determinación. No espera que las oportunidades lleguen, sino que las crea. Es una intención, que busca avanzar y provocar el cambio, porque sabe que el éxito no llega solo, se conquista. Es el arte del movimiento certero, que permite darle a la vida la perspectiva de una coreografía salpicada con precisión, intuición y coraje. Es una seducción, que anticipa la victoria. Porque el verdadero poder reside en atreverse para ganar. Es la fórmula más sutil de liderar. 

 

Una metáfora de éxito

Obvio, Matador no tiene género, no tiene instinto; es como la audacia, que tampoco se puede etiquetar. Desafía lo establecido con acordes seductores afrutados con notas de pera, coco, fruta de la pasión, toronja, albaricoque y durazno. Que se envuelven con las notas amaderadas del cedro, sándalo y raíz de iris. Los acentos sofisticados provienen del jazmín, rosa, magnolia y lilas. El poder emerge del incienso, olíbano y cuero. El magnetismo lo obtiene de un cocktail de almizcles.  

 

Matador es un perfume que es una declaración silenciosa de poder personal que no necesita gritar para seducir y permanecer.